El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) ha vuelto a subir en 2025, lo que en principio parece una buena noticia para los trabajadores con menores ingresos. Sin embargo, esta medida trae consigo un efecto inesperado: por primera vez, muchos trabajadores con salarios ajustados al SMI tendrán que pagar Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Este cambio se debe a que el Gobierno ha decidido no deflactar el IRPF, es decir, no actualizar los tramos del impuesto conforme a la inflación. Como resultado, el aumento salarial nominal se convierte en una mayor carga impositiva, reduciendo el incremento real del poder adquisitivo.
🔍 ¿Qué es la deflactación del IRPF y por qué es importante?
La deflactación del IRPF consiste en ajustar los tramos del impuesto para evitar que los incrementos salariales que solo compensan la inflación empujen a los trabajadores a tributar más, sin que ello suponga un verdadero aumento en su poder adquisitivo.
Al no aplicarse la deflactación, muchos trabajadores que antes estaban exentos o en tramos inferiores del IRPF ahora se ven obligados a contribuir más, reduciendo su sueldo neto disponible.
Ejemplo:
- Un trabajador que en 2024 cobraba 1.080€ mensuales estaba exento de IRPF.
- En 2025, con el nuevo SMI de 1.184€, ya supera el mínimo exento y empezará a tributar.
- Aunque en términos brutos gana más, en realidad podría acabar con menos dinero disponible.
💡 Motivos del Gobierno para no deflactar el IRPF
Existen varias razones por las que el Gobierno ha optado por no ajustar los tramos del IRPF:
1. Aumento de la recaudación fiscal
El principal beneficiado de la no deflactación del IRPF es el Estado, ya que más contribuyentes comenzarán a pagar impuestos o tributarán a tipos más altos. Esto supone un aumento significativo en la recaudación, lo que puede destinarse a financiar otros programas de gasto público.
2. Efecto regresivo en los salarios bajos
A pesar de que el objetivo de la subida del SMI es mejorar la calidad de vida de los trabajadores con menores ingresos, la falta de ajuste en el IRPF genera un efecto regresivo, ya que la presión fiscal recae especialmente en las rentas más bajas.
3. Otras prioridades políticas y presupuestarias
El Gobierno podría estar priorizando otras partidas de gasto público en lugar de reducir la presión fiscal de los trabajadores. La falta de deflactación podría deberse a la necesidad de equilibrar el presupuesto sin reducir el nivel de gasto.
📊 Impacto económico y social de la medida
El hecho de que los trabajadores con SMI comiencen a tributar por IRPF podría tener varios efectos:
- Reducción del poder adquisitivo: A pesar de ganar más en términos brutos, el incremento de la carga impositiva podría hacer que, en términos netos, el impacto positivo del SMI sea menor.
- Efecto desincentivador en el empleo: Algunas empresas podrían reducir contrataciones debido al aumento de costes laborales y fiscales.
- Mayor presión sobre las rentas bajas: Paradójicamente, el colectivo que más se beneficiaría de la subida del SMI es también el que más sentirá el impacto del IRPF.
📈 Referencias legales y contexto normativo
Para entender mejor este cambio, es importante revisar las normas que regulan el IRPF y el SMI en España:
- Ley del IRPF (Ley 35/2006, de 28 de noviembre): Establece los tramos de tributación y los umbrales mínimos exentos.
- Estatuto de los Trabajadores (Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre): Regula el SMI y su actualización anual.
- Presupuestos Generales del Estado: Cada año se define el salario mínimo y se establecen posibles modificaciones fiscales.
Dado que en 2025 el SMI ha superado el umbral exento del IRPF, se ha generado una situación en la que los trabajadores con sueldos bajos ahora deben contribuir, algo que antes no ocurría.
💡 Conclusiones: ¿Subida salarial o trampa fiscal?
La subida del SMI en 2025 es una medida con efectos ambiguos:
- Aparentemente beneficiosa: Aumento del salario base de miles de trabajadores.
- Contras encubiertos: Mayor carga fiscal para los sueldos bajos debido a la falta de ajuste en el IRPF.
En definitiva, lo que debería haber sido una mejora en el poder adquisitivo de los trabajadores podría convertirse en un boomerang fiscal, donde Hacienda termina llevándose una parte importante del aumento salarial. ¿Se corregirá esta situación en futuras reformas fiscales? Solo el tiempo y las decisiones políticas lo dirán.